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Aunque no todos lo sepan, la piel es el órgano mas grande que tenemos en nuestro cuerpo (también se conoce como sistema tegumentario). Ocupa aproximadamente 2 m², su espesor varia entre los 0,5 milímetros (en los párpados) y los 4 milímetros (en el talón). Es nuestra barrera protectora y, por ende, la mas expuesta. Es imposible imaginar la vida sin sol. De hecho, los rayos solares desempeñan funciones importantes para mantener la salud, ya que activan la vitamina D en la piel, además de que promueven la liberación de neurotransmisores que nos mantienen en buen estado de ánimo. Por otra parte, el sol es muy nocivo para nuestra piel, ya que produce 3 tipos de radiación ultravioleta (UVA, UVB y UVC), dentro de las que nos importan a nosotros están las UVA y UVB (rayos ultravioleta tipo A y tipo B) porque son los que llegan la superficie terrestre. La radiación ultravioleta puede provocar daño en la piel de diversas formas: ya sea de manera inmediata, ocasionando quemaduras, o a lo largo del tiempo, siendo ésta el origen del fotoenvejecimiento y del cáncer de piel. La rayos UV producen daños por exposición excesiva y/o acumulativa que dependen de la intensidad de la radiación, tiempo de exposición y tipo de piel de cada persona. Los rayos UVA son la radiación solar menos potente y conocida, el mayor responsable del fotoenvejecimiento e hiperpigmentaciones (manchas). El gran problema radica en que esta radiación pasa mas desapercibida ya que tiene menos energía, pero este tipo de radiación no varia en intensidad a lo largo del año y tiene la capacidad de penetrar mas profundo en la piel. En cuanto a los rayos UVB, los mas populares, son la radiación solar mas potente, ya que tienen mayor energía y son sumamente nocivos, ya que también predisponen al cáncer de piel. Son mas intensos en periodos de verano y son los responsables de las quemaduras de la piel. La acción de los rayos solares también puede ser indirecta, es decir, que dependiendo de la superficie donde nos encontremos también recibiremos un porcentaje de radiación solar que se reflejan sobre la tierra. Por ejemplo, la nieve refleja aproximadamente un 85% de los rayos solares y la arena de la playa un 15%. La piel tiene su propio sistema de fotoprotección que consiste en la aparición del bronceado (pigmentación por acumulación de melanina) y el engrosamiento cutáneo. La sobreexposición de rayos UV daña las células, afectando la producción de proteínas y por lo tanto, de colágeno. El fotoenvejecimiento se caracteriza por manchas, arrugas y perdida de elasticidad (flacidez). Entendiendo los filtros solaresHay que resaltar la importancia de usar bloqueador solar de amplio espectro, que son los únicos capaces de proteger contra los rayos UVA y UVB, durante TODO EL AÑO. También cabe destacar que existen dos tipos de filtros solares; los químicos, que actúan por absorción de la radiación, y los físicos que actúan bloqueando la llegada a la piel de estos rayos. SPFSiglas en inglés de Solar Protection Factor o factor de protección solar, solo es un índice de protección contra radiación UVB, por lo tanto un alto indice SPF no indica que proteja contra los rayos UVA. Lo que si es cierto es que cuanto más alto es el SPF, más largo es el periodo que te puedes exponer al sol sin que la piel se queme. Pero eso no significa, por ejemplo, que un SPF 15 sea la mitad de efectivo que el de 30. De acuerdo con expertos de la Asociación Británica de Dermatología, a medida que el SPF aumenta, el beneficio adicional se hace más pequeño. Y es que un SPF 15 protege en un 93% de los UVB, mientras que los de SPF 30 protegen en un 97%, los de SPF 50 protegen 98%, pero cuando llegan a FPS 100 o por encima ya no pueden proteger más. Es por esto que la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos) solo permite que se etiquete hasta SPF 50+. Indice de protección UVAPese a que no existen métodos oficiales para la medición, otro valor que nos indica el nivel de protección, pero esta vez frente a los rayos UVA, es el PPD (índice que mide la capacidad de producir pigmentación en la piel duradera). Que mide la cantidad de rayos UVA necesarios para producir la primera reacción de pigmentación en la piel. La clasificación de indice PPD es: 2 (bajo), 4 (medio), 8 (alto) y 14 (muy alto).
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AutorClínica Corpórea Archivos
September 2017
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